Soy Nina...tía, amo el Mar, viajar, el Tarot, una buena charla y los nuevos comienzos

Soy Andreyna, pero algunxs me dicen Nina, y me encanta. Nací en Venezuela, pero desde hace un tiempo, soy de por ahí. Amo la idea de empezar de cero y poseer poco. Me gusta viajar liviana, quedarme mirando el mar como si en una ola fuera a llegar la respuesta a algo que aún no he preguntado. Amo llorar, reírme fuerte y tener conversaciones que me dejen pensando durante días.

Soy un ser humano en eterna construcción. Pero si hay adjetivos que me definen, escogería: mujer, tía, hija, nieta, hermana, amiga, eterna estudiante, socióloga de profesión, creativa por naturaleza y profundamente curiosa por vocación. Amo escuchar historias. Amo mirar a alguien a los ojos y sentir que algo de lo que me está contando también me pertenece.

Soy de las que se emociona hasta las lágrimas con una frase, con una canción, una película o un video de TikTok. Amo caminar por la playa escuchando a Natalia Lafourcade o Facundo Cabral. Amo una charla sin filtro, una IPA bien fría. Amo las conversaciones incómodas y las personas que me invitan a mirarme, a cuestionarme, a volver a mí.

Escribir esto, compartirlo, mostrarme así, sin el maquillaje de las certezas ni la defensa de los personajes, es un acto profundamente sanador. No porque tenga respuestas, sino porque por fin me estoy haciendo las preguntas correctas. Este espacio no es un destino, es una transición constante. Es una sala de parto de versiones mías que estaban esperando su turno para nacer. Lo que antes escondía por miedo a no ser entendida, ahora lo honro como mi verdad, como una voz que ya no pienso silenciar.

Si algo de lo que leíste te hizo eco, si alguna palabra vibró en ti como si la hubieras escrito tú misma, te invito a que no lo dejes pasar. No estás sola. No estás rotx. No estás tarde. Quizá también estés despertando. Quizá también estés empezando a reconocerte más allá de lo que aprendiste a ser. Permítete parar, mirar adentro, preguntarte en voz baja qué quieres, qué te duele, qué parte de ti viene pidiendo espacio hace tiempo. Y si te sientes lista, escríbelo, grítalo, báilalo, compártelo. Porque hay poder en decir “esta soy yo” incluso cuando todavía no sabes del todo quién eres

Lo único que me nace pedirte ahora es esto: no te olvides de ti. No pongas en pausa a tu alma. No te postergues más. Abre un espacio para sentir, para habitarte entera, para volver a casa. Y si quieres contarme cómo se siente ese proceso, si queres hablar, llorar, reír, cuestionar o simplemente dejar registro, acá estoy. Este blog, este proyecto, este rincón íntimo que es Intuitivament3, existe también para que tu voz encuentre eco.

Nina

Durante mucho tiempo me adapté a lo que yo pensaba que se esperaba de mí. Hasta que empecé a preguntarme si había otra forma posible de vivir. Y fue en medio de una pandemia, con botellas de vino de más, mucho muchísimo auto-reproche y mucho silencio, donde empecé a escucharme de verdad.

Intuitivamente nace desde ese lugar. Desde la necesidad de honrar mi mundo interior. De compartir lo que me atraviesa, y es que últimamente he descubierto muchas emociones nuevas en mí, y eso ha pasado porque me he permitido ser más fiel a mis gustos, a mis deseos, a lo que me genera éxtasis, placer, sosiego. Pero también he aprendido a conectar con lo que no me gusta, con lo que me genera incomodidad, desagrado, bronca, dolor... Y todo eso ha sido clave para conocer espacios y matices de una Nina que estuvo mucho tiempo en la superficialidad de su propio ser: complaciendo, gustando, agradando a todos menos a sí misma.

De más está aclarar que no culpo a nadie por ello. Solo he sido yo, que estuve mucho tiempo dormida, ignorando mi intuición, mi alma. Pero estoy despertando. Estoy trabajando todos los días en ello: en escucharme, en ser más amable y amorosa conmigo primero, en entender que yo también me necesito. Me necesito desde hace mucho tiempo. Y ha sido hermoso tener siquiera la posibilidad de darme este espacio, sin pretensiones, sin deudas, sin juicios... Solo explorándome, descubriendo mis propias formas de ser, de resolver, de percibir, de vivir.

Este proyecto, este podcast, este blog, esta entrada… es parte de ese camino que estoy empezando a andar, confiada y emocionada de que está siguiendo la ruta de mi alma, con la certeza de que tiene sentido y es necesario, pero con la más grande y hermosa de las incertidumbres: la de no saber a dónde va, cómo va a continuar, qué le espera, cómo irá a terminar. Hoy no lo sé, pero se siente bien no saberlo. Hoy respondo a esta necesidad de serme fiel y no volver nunca más a esconder mi esencia.

"Recuerda, lo que sientes es correcto, respeta tus sensaciones, no te defraudes"